TÉCNICA DE COCCIÓN
Dentro de este artículo de gastronomía te
hablaremos de las nociones básicas que un Chef y un amante de la cocina deben saber,
son las técnicas básicas de cocción ya que de realizarlas correctamente dependerá en muchos casos el éxito de los
platillos.
El placer de cocinar se
remonta a la historia de la humanidad, desde que el hombre conoció el fuego y
descubrió que podía cocinar los animales que cazaba, hasta la actualidad donde
tenemos diferentes variedades y formas de cocinar la gran variedad de alimentos
con los que ahora podemos experimentar.
La definición de cocción es muy
sencilla, significa modificar la textura, color, sabor y consistencia de los
alimentos a través del calor. La cocción además sirve para mejorar el sabor de
los alimentos y favorecer su conservación. A pesar de que algunas verduras y
carnes pueden comerse crudas, la mayoría de los alimentos se cocinan.
No hay en realidad una clasificación
establecida de todas las formas
de cocción, pues varían de un autor a otro.
Aquí te mostraremos algunas de ellas y en una segunda parte hablaremos de las
demás, pues son una gran variedad.
Hervir
Es el proceso de cocción a través de
un líquido en su punto máximo de ebullición, puede ser agua, caldo, leche, vino
o salsa. La cocción puede comenzar con el líquido frío o cuando comience
a hervir, este método se utiliza generalmente para alimentos duros como carnes o
legumbres secas (lentejas, fréjoles, garbanzos)
Al vapor
La cocción de alimentos a través de vapor es
utilizado por las personas que gustan de cuidar su salud y peso, ya que no se
utiliza aceite o grasas y mantiene los nutrientes de los alimentos. En este
proceso de cocción, el medio que transmite calor es el vapor del agua.
El método consiste en primero hervir
agua, lo que produce vapor, que transmite calor a la comida para que se cuesa.
Generalmente existen instrumentos especiales para cocinar de esta forma, como
las famosas vaporeras.
Braseado o en su jugo
Es una técnica que deriva del asado, esta se realiza en un medio
líquido, generalmente graso y se utiliza una tapa. En muchas ocasiones se
utiliza para cocinar grandes piezas de carne como carnes de cordero, aves o
puerco, la cocción es lenta de esa forma permite que la carne quede bien
cocida, tierna y brillosa.
Los chefs recomiendan
preparar un fondo de hortalizas (zanahoria, apio, cebolla, etc), que se
cocinará con un poco de grasa, vino, agua o fondos (caldos). Se debe agregar
una cantidad generosa de líquidos pues deben durar todo el tiempo de cocción.
Se realiza en un horno a temperaturas bajas y con tapa, en ocasiones se cierra
herméticamente.
Guisar o estofar
En este proceso, los alimentos crudos
son sometidos a fuego lento en un recipiente cerrado, en esta técnica se
combina vapor húmedo y grasa con un poco de líquido. Se usa principalmente para
cocinar carnes, verduras y frutas, al utilizar poca cantidad de líquido se
realzan los sabores y aromas de los ingredientes.
La diferencia con el braseado es que en ese primero puede cocerse la cama de hortalizas, y en el
estofado se cocina todo desde el principio a fuego lento, en algunas ocasiones
se utiliza ollas especiales de cocción lenta. Existe la creencia de que el
sabor del estofado es mejor al siguiente día de la cocción.
Freír
Es el proceso de cocción más conocido
y utilizado por el público en general, aquí los alimentos se encuentran
completamente sumergidos en un medio graso a temperatura constante y elevada.
Principalmente se cocinan de este modo papas, masas (buñuelos) y carnes en
general. Las grasas que se pueden utilizar son: grasas de origen animal o
vegetal, mantequilla o grasas hidrogenadas, mejor conocidas como trans.
El punto de ebullición del aceite es
mucho más alto que el del agua, así que los alimentos se cocinan a temperaturas
elevadas. En el proceso los alimentos toman el sabor de la grasa en la que se
cocinan.
Cocinar los alimentos de esta manera
aumenta sus calorías y pueden resultar muy secos, pues debido a las altas
temperaturas es fácil que se evapore el agua.
Baño María
Consiste en introducir una vasija con
el alimento dentro de un recipiente con agua puesto a la lumbre, para que su
contenido reciba un calor suave y constante. Mediante el baño maría se elaboran
conservas y postres como flan o pudin. También es un método ideal para calentar
elaboraciones más delicadas, por ejemplo para fundir chocolate sin que se queme
o tueste.
Blanquear o escaldar
Cuando estamos cocinando llamamos
escaldar a introducir algo, durante muy poco tiempo, en agua hirviendo. Después
se enfría en agua con hielo (para parar rápidamente su cocción). Su objetivo
suele ser hacer más fácil el posterior pelado del alimento, como ocurre con los
tomates, o bien evitar cambios de color, como ocurre con algunas verduras, si
se escaldan antes de su congelación.
Escalfar o pochar
Se trata de la cocción de un
alimento en agua o en caldo sin que llegue a hervir, se hace,
especialmente, con huevos sin la cáscara. El hecho de pasar los huevos por
agua antes que rompa el hervor (o justo en ese momento) evita que la clara se
desparrame en el agua.
Flambear o flamear
Rociar una preparación o plato con un
licor y prenderle fuego. Cuando se añade un licor a una preparación, la
diferencia de sabor que suele haber según si éste ha sido quemado o no es notable,
por eso se emplea esta técnica (eso sí, siempre con ¡mucho cuidado!) tanto con
platos salados como carnes, como con platos dulces como postres.
Guisar, rehogar o sofreír
Guisar es, simplemente, preparar los
alimentos sometiéndolos a la acción del fuego. Rehogar y sofreír son términos
más concretos, ya que significan cocinar un alimento a fuego lento,
sin que tome color o dejándolo dorar parcialmente. Se trata de freír o cocinar
los alimentos a fuego suave para que se vayan haciendo pero, como matizaba, sin
que tomen demasiado color.
Reducir
Disminuir el volumen de un preparado
líquido por evaporación; por lo general, hirviéndolo en el fuego y haciendo que
se concentre. Las preparaciones culinarias más comunes con las que se usa una
reducción son consomés procedentes de caldos, salteados y almíbares.
Saltear
Cocinar un alimento a fuego fuerte, a
fuego vivo, durante un corto espacio de tiempo (por lo general, en una sartén),
con el fin de que quede dorado por fuera y jugoso por dentro.
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